La magia de lo incondicional
Cuando Jean Baljin salió de prisión fue recibido por Monseñor Bienvenido. Qué estúpido, ¿por qué dejó entrar a un sujeto peligroso? Seguramente porque tenía que ser bueno y congruente con sus valores católicos pero en realidad se vio muy pendejo porque, en cuanto pudo, el ex convicto robó su platería.
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