Mucha gente me ha preguntado por qué y para qué doy un curso de Tarot. Me piden que cuente en qué forma me ha ayudado en mi vida personal y si se necesita algún don especial. Me dicen también que si realmente se ve el futuro o si de verdad resulta de mal augurio practicar la lectura.
Hace tiempo escribí sobre lo agradecido que estaba con el Tarot gracias a todas las experiencias que había vivido tanto como consultante como tarotista. Sin embargo, no ahondé mucho en temas específicos.
Ahora trataré de explayarme un poco no sólo en lo que he ganado gracias a mi experiencia con las carta como mi motivación para dar un curso.
De entrada, muchos de mis seguidores me habían preguntado desde hace tiempo si algún día daría un curso de Tarot ya que me había escuchado tirar cartas en el programa de radio Dispara, Margot, dispara. Esto fue la chispa … por decirlo de alguna manera.
Posteriormente, descubrí que, dadas las gratas experiencias que tuve tirando cartas sería una buena manera de contribuir para quienes buscan iniciarse en el camino. Por otro lado debo decir que al ejercer este oficio o más bien este arte, sublimo de alguna manera mi inclinación a la psicología, disciplina que dejé por dedicarme a los medios de comunicación.
Entrando a temas más personales, el estudio de las cartas me ayudó a reconocer patrones que estaba llevando en mi vida; las terapias psicológicas que había llevado me eran insuficientes, de entrada, habían ayudado poco a deshacerme de los ataques de ansiedad que solían atacarme de manera constante.
Fue a través de las cartas y del estudio de todo su contexto que me fui deshaciendo de patrones y pensamientos inútiles lo cual me permitió situarme en otra etapa de mi vida: las terapias me ayudaban a pasar el vendaval que estaba viviendo en un momento dado pero no sentía que mi situación en esencia fuera diferente. Las cartas me ayudaron a cerrar varios ciclos y a sentir que estaba en otra temporada de mi vida (sí, como si fuera programa de televisión).
Con esta nueva situación frente a mi, llegó lo que siempre había querido: primero una pareja estable y luego una hermosa familia.
Asi pues, me animé a dar un curso de Tarot porque sentía que había muchas experiencias y conocimientos que vivían dentro de mi que podrían ayudar a otras personas a iniciar una transformación en su vida.
Impartir un curso de Tarot es mi aportación para quienes están buscando respuestas que no se hallan en las disciplinas o métodos convencionales. Lo sé porque yo también estuvo buscando y porque aún sigo en búsqueda de muchas otras cosas. Y así como otros me ayudaron a mi, espero poder ayudar a alguien.