“Charles Atlas, Frank TJ Mackie y el Temach vs los debiluchos” es un ensayo en que se exploran ciertos elementos de la masculinidad que llaman mi atención y que me han llevado a diversos reflexiones sobre cómo debe ser un hombre.
Desde pequeño recuerdo haber notado cierta toxicidad en los códigos de conducta masculinos que no me agradaban para nada. El mundo de los hombres me era sumamente hostil cuando era pequeño, y de alguna manera lo sigo pensando.
Desde pequeño, quería hacer las cosas de manera diferente pero tuve que aprender a sobrevivir: a defenderme de las burlas, a hacer burlas, incluso a pegar para que me dejaran en paz. Y cada que podía trataba de hacer las cosas de manera diferente, de tratar mejor a todos a mi alrededor. Y alejarme de ciertos códigos que observaba como por ejemplo, las peleas sin sentido, la ira, y hombres que en sus ratos libres tomaban como única manera de hacer catarsis y enfrentar su vida.
A manera de exageración, el Piporro lo plasmaba en sus canciones: hombres matando a otros hombres porque los habían mirado feo (Arnulfo González) u hombres enojados con mujeres que no habían querido bailar con ellos (Rosita Alvírez) y que por supuesto, terminaba en asesinato.
Obviamente no lo tenia tan claro de niño pero sólo deseaba que las cosas fueran mas amables, mas tranquilas, y que me dejaran en mi mundo sin ser molestado.
En fin, no lo anterior no me hace ser woke ni me aleja de muchos prejuicios e incluso machismos de la sociedad. Pero he buscado hacer las cosas de manera diferente. Y desde entonces una de las pregunas que ha rondado mi mente es ¿Qué es lo que se necesita para ser hombre? o bien… ¿Cómo debe ser un hombre?
Charles Atlas vs los debiluchos
José era lo que podría considerarse un hombre bueno. Sin embargo, un sujeto prepotente le haría ver que estaba lejos de ser un verdadero hombre. Y es que resulta que un día, cuando José se encontraba en la playa con su novia, cuando dicho personaje pasó corriendo y llenó de arena a la pareja. Charles Atlas, Frank TJ Mackie y el Temach vs los debiluchos
José reaccionó como reaccionaría cualquier hombre en esa circunstancia: “Me las pagará”. Pero su novia lo paró en seco y le pidió que no les hiciera caso, pero remató con la frase, Flaquito.
Flaquito…
A José le caló hondo aquella palabra. Flaquito. No podía quitársela de la mente. Así pues, cansado de parecer un espantapájaros decidió mandar un cupón para recibir el método Charles Atlas que encontró en una de las publicaciones que consumía.
Luego de probar el método del señor Atlas, José se volvió un hombre fornido. Y bueno, a su regreso a la playa con su novia se volvió a topar con el bullie, quien de nueva cuenta pasó por encima de él, sin embargo, esta vez nuestro héroe no se dejó y reaccionó de manera comfrontativa: le dio un puñetazo. Su novia, sorprendida, pensó: “Oh, José es ahora todo un hombre”.
La historia anterior conocida como La ofensa que hizo a José un hombre de verdad, fue una de las herramientas de Marketing que Charles Atlas, pionero del fisicoculturismo utilizaba para vender su método de acondicionamiento físico conocido como Tensión Dinámica desde la década de 1920.
Por cierto, la historia de José está basada en un evento que el mismo Atlas vivió: durante una cita con una chica en Coney Island, un salvavidas corpulento le echó arena en la cara. La mujer con la que iba se quedó un poco confundida; Charles Atlas le dijo que si algún día volvía a encontrarse con el sujeto este lo aplastaría.
Bueno… el tema es que ha pasado un siglo desde que Charles Atlas lanzó su método para hacernos sentir mejor como hombres; para acentuar nuestra masculinidad, y a pesar de que los gimnasios no tienen el mismo argumento de venta, aun seguimos asociando la masculinidad con la fortaleza. O… ¿Ustedes creen que ha cambiado? ¿Se sienten más seguros consigo mismos si se sienten físicamente fuertes? ¿Creen que ayuda a la autoestima?
En el discurso quizá las cosas hayan cambiado… pero creo que en el fondo la idea sigue siendo la misma, aunque con algunas variaciones. Y no sólo se trata de fortaleza física sino emocional: como hombres debemos aguantar cualquier tipo de sentimiento que nos haga ver débiles; no debemos mostrar emociones, no debemos quejarnos (salvo que la queja demuestre nuestra fortaleza través de la ira), debemos aguantar y seguir adelante si nos sentimos mal, tristes bajonedos.
Y el problema de esa idea es que ya no tiene sentido en el mundo que estamos construyendo, en la víspera de la igualdad y del cambio feminista que vivimos… Y como hombres estamos confundidos y todos en algún momento pensamos: ¿Y cómo debemos ser? ¿Hacia a dónde vamos? Antes al menos Charles Atlas tenía su método y un camino definido. No sé si haya sido feliz pero al menos sabía a dónde ir.
Pero ahora… todo es más raro tanto para los que no encajábamos en el modelo tradicional como para los que se sabían parte de ese macho tradicional. Ser hombre es un camnino incierto sobre todo cuando se trata de nuestra relación con las mujeres.

Tony Soprano, Gary Cooper vs el hombre sensible
En la serie de Los Soprano, el protagonista Tony Soprano (James Gandolfini), es un mafioso rudo y violento pero cargado de sentimientos que amenazan con emerger todo el tiempo, mismos que debe trabajar en terapia, con lo cual debe tener cuidado, pues puede ser un arma que sus enemigos pueden utilizar ya que eso denota debilidad.
A Tony le cuesta hablar de su sentimientos pero está dispuesto a hacerlo pues de esta manera sus ataques de ansiedad disminuirán. Uno de los mejores diálogos con respecto a la masculinidad lo expone Tony a su psiquiatra, la doctora Melfi:
“Déjame decirte algo. Hoy en día, todo el mundo tiene que acudir a psiquiatras y consejeros, hablar con Sally Jessy Raphael y hablar de sus problemas. ¿Qué pasó con Gary Cooper? El tipo fuerte y silencioso. Ese era un americano. No estaba en contacto con sus sentimientos. Simplemente hizo lo que tenía que hacer. Lo que no sabían era que una vez que pusieron a Gary Cooper en contacto con sus sentimientos, ¡no podrían callarlo! ¡Y luego hay disfunción de esto, disfunción de aquello y disfunción de la chingada”.
En mi experiencia… cuando las emociones brotan son muy complicadas de digerir, no solo para uno mismo sino para todos alrededor. Eso las hace malas? Nos hace débiles? No lo creo creo que bajo en el espacio adecuado y con las herramientas correctas, los hombres debemos darnos permiso de dejarlas ir, sin que eso nos arrebate la masculinidad.
Aún así siento que cuando muchas mujeres dicen que quieren a un hombre sensible, no saben lo que están pidiendo… porque cuando ese Gary Cooper entre en contacto con sus sentimientos y no puedan callarlo, querrán salir corriendo. Lo cual me lleva a pensar que el tema de las emociones termina siendo un “problema” para todos, pero a los mujeres se les permite soltarse más… aunque tampoco encuentren alguien que las puedan ayudar a guiarlas para que fluyan.
Culturalmente las visiones son distintas para ambos sexos pero el problema es el mismo: las emociones nos estorban para encontrar opciones, para ver el panorama completo de un futuro mejor, pero están ahí y son parte de nosotros, y por lo mismo debemos atenderlas y manejarlas lo mejor posible.
El cobarde del condado
Todo lo anterior me lleva a la historia de Tommy que podemos encontrar en “El cobarde del condado” de Kenny Rogers, en donde se cuenta la historia de un joven llamado Tommy quien por consejo de su padre evitaba toda pelea posible. ¿Y cómo no hacerlo cuando su padre había ido a prisión por andarle jugando al macho.
En su lecho de muerte, su padrel le dijo: “… no significa que eres cobarde si pones la otra mejilla. Espero que seas lo suficientemente grande como para entenderlo. Hijo, no tienes que pelear para ser un hombre”. Tommy tenía 10 años.
Sin embargo, todos en el condado le apodaban Cobarde.
La ira en Tommy se fue acumulando y estalló cuando unos sujetos abusaron de su novia. Y entonces … acabó con todos. La canción no dice si sólo los golpeó o los mató, pero pensando en un contexto lleno de violencia como lo muestra la canción, yo me iría por lo segundo.
Luego de haber descargado toda su ira en contra de los malhechores, Tommy le dice a su padre: “Papá, te prometí no hacer las cosas que tú habías hecho. Hui de los problemas cada vez que pude. Por favor, no pienses que soy débil por no voltear la otra mejilla. Y papá, espero que entiendas que cuando eres un hombre, a veces tienes que pelear”.
Los argumentos de Tommy parece correctos, uno no debe dejarse… pero al final, es posible que Tommy vaya a repetir el mismo destino de su padre. ¿Entonces? ¿qué debemos hacer? ¿Cómo debemos ser?
Las heridas de infancia y la masculinidad tóxica featuring Frank TJ Mackie y el Temach
En la cinta Magnolia de Paul Thomas Anderson aparece un gran personaje, sumamente desagradable, cargado de misoginia: Frank TJ Mackie (interpretado por Tom Cruise). Este sujeto realiza seminarios para empedrar a los hombres y para enseñarles como someter a las mujeres.. “Respet the cock. Tame the count (una forma vulgar de decir: respeta el pene, doma la vulva).
El discurso de Frank es un discurso de odio. Y en la cinta, veremos poco a poco el origen: una dolorosa herida de infancia la cual no fue sublimada, sino vomitada en un discurso misógino en donde la mujer es la responsable; es alguien tóxico que merece ser domado a través del poder masculino. En la cinta, Frank es desagradable y un poco escalofriante, sobre todo cuando vemos que en la realidad, muchos hombres manejan sus emociones de esa manera.
El influencer conocido como El Temach ha construido una serie de contenidos en donde se habla de mujeres controladores y de hombres que deben aprender a defenderse, a ser hombres, a tomar su poder. Temach no cae en los excesos de Frank TJ Mackie, pero de pronto podría pensarse lo mismo cuando su discurso se centra a hacia esas “malas mujeres”.
De hecho creo que Temach tiene varios puntos interesantes en su discurso, como por ejemplo, de que muchos hombres no saben cómo comunicarse con las mujeres y terminan acosándolos. En fin, no exploraré a fondo el discurso del Temach para ver si es misógino o no. No es el punto de este ensayo.
Lo que me interesa aquí es lo siguiente: la cantidad de seguidores que capta el Temach su discurso corresponde a hombres que buscan respuestas de cómo ser hombres en un mundo que está cambiando, y que exige muchos cambios. Un grupo de hombres que de pronto siente culpa por ser hombre, o se siente pequeño y no sabe cómo tomar su poder.
Y me parece importante que haya espacios para hablar de eso, y además, si Temach ha cometido excesos en sus argumentos, bueno pues que también haya el espacio para decirlo, y que se encuentren soluciones o nuevos puntos de vista. Pero lo que sí hay que evitar es apuntar hacia un “enemigo externo” para no convertirlo en guerra de sexos o misoginia.
A manera de conclusión
Personalmente tengo muchas preguntas más que respuestas… Diversos temas sobre lo que tradicionalmente significa ser un hombre se quedaron en el tintero pero creo que lo más importante son los sentimientos. Entrando en contacto con ellos para poderlos procesar nos ayuda a tener un mejor entendimiento de nosotros y de los demás; a través de ellos podemos generar empatía y actuar de la mejor manera posible para nuestro bienestar y de los demás.
Entrar en contacto con lo que sentimos nos hará entender que los sentimientos no reflejan quienes somos: reconocer que se tiene miedo o se siente debilidad no nos hace cobardes ni menos hombres. Al contrario, entenderlos nos ayudar a entender nuestra masculinidad para así elegir nuestras peleas, porque si, cuando se es hombre a veces se tiene que pelear, pero hay diferentes formas de hacerlo. Elijamos la adecuada.