En su libro Ritual de Alta Magia, Eliphas Levi nos brinda un consejo sencillo para comenzar a ejercer nuestro poder de manifestación: la limpieza. El filósofo oculista nos dice que mantener una buena higiene todos los días es crucial para que la riqueza llegue a nosotros.
¿Por qué? ¿Qué tiene de mágico? Pues resulta que hay una tradición antigua en la que se cree que es en la suciedad y en el caos en donde se alojan los demonios. Lo anterior se puede ver en escritos como el Zend-Avesta. En la tradición judía existen, a través de La Torá, una serie de reglas relacionadas con la limpieza y la pureza del espíritu. Es decir, la relación entre la limpieza del entorno físico y nuestro cuerpo, está estrechamente relacionada con la pureza espiritual, con la luminosidad de nuestra alma.
El crecimiento espiritual no se da en medio del caos o la suciedad. Se da a través del orden y la limpieza de nuestro cuerpo y del entorno. Sin esto, el crecimiento y transformación de interior no estarían completos. Con el tiempo, estas limpezas se han ido separando, lo cual ha dado lugar a las limpias espirituales, que la mayoría de las veces no tienen relación con la limpieza que genera el agua y el jabón.
Así pues, una buena opción para comenzar con nuestro camino de transformación o para la manifestación de nuestras objetivo y deseos es por medio de una limpieza sencilla para ardua: limpieza profunda de nuestra casa; limpiar cada rincón, escombrar clósets y cajones, deshacernos de objetos que ya no sirvan, de recuerdos que nos aten al pasado. No es necesario buscar fórmulas de hierbas, veladoras o rituales; sólo hay que limpiar nuestra casa a conciencia. Comenzar por ahí, y luego tratar de mantenerlo… lo mejor que se pueda.
Ya posteriormente, cuando se sienta con más ganas podría ir por un ritual un poco más sofisticado que no involucre el jabón, cloro, Lysol o cualquier otro limpiador. Pero lo importante es comenzar y saber que no se necesita acudir con alguien, hacer algo muy complejo o pagar por una limpieza espiritual, que lo anterior no sea un pretexto para retrasar el inicio de un cambio.
Comience como usted lo desee, pero comience de alguna manera.