La cinta del 2002, Lilo & Stitch tiena una referencia a una práctica mágica, supuestamente inspirada en la religión haitiana del vudú.
Lilo es sin duda un personaje adorable pero al igual que su amigo Stitich tiene un lado oscuro, o mas bien, rebelde. Es por eso que Stitch y ella pueden ser amigos. No es gratuito. Ambos son dos almas poco convencionales que solo buscan su lugar en el mundo.
Es por eso que en la cinta animada Lilo & Stitch (2002), escena extraña, cargada de humor negro en donde Lilo utiliza las artes ocultas del vudú para lidiar con un problema escolar. Y es que la pequeña es constantemente rechazada por sus compañeras debido a su personalidad; la pequeña es percibida como un bicho raro, poco agradable y hasta agresiva (quizá un poco como Stitich).
En la película vemos que Lilo vive un altercado con su compañera de baile Hula, Mertie Edmonds, quien la insulta, por lo que nuestra protagonista se le va a los golpes. Esta situación no ayuda a su popularidad. Y en una escena posterior vemos cómo todas sus compañeras la desaíran tajantemente.
Posteriormente, durante la visita del trabajador social (Bubbles) a casa de Lilo y Nani, vemos como la pequeña consulta un libro de vudú (Practical Voodoo). A su lado, posee una muñecas hechas de cucharas de plástico, con hojitas verdes (que emulan a sus compañeras de baile), a las cuales comienza a meter en un jarrón con agua.
¿Qué es io que Lilo está haciendo? Básicamente está neutralizando a sus “enemigas”. Al ponerlas en agua ellas quedan “suspendidas” (digámoslo así), atrapadas, a merced de Lilo. En ese estado no podrán hacerle nada a ella pero también perderán gran parte de su capacidad para materializar sus planes. En otras palabras, nada de lo que quieran realizar les saldrá, pues estarán sumergidas en sus sentimientos (representados por el agua) por lo que será difícil tocar tierra.
Visto en el contexto es un momento divertido, en otro contexto, este ritual de Lilo parece ser un hechizo muy poderoso y hasta cruel. Lo interesante es que posteriormente Lilo se redime, por decirlo de alguna manera, cuando pide a Dios que por favor le mando un ángel para que sea su amigo. Y pareciera ser que de “arriba” la escuchan y es entonces que se encuentra con Stitch, quien resulta ser un ángel caído —pero ángel al fin—, quien también deberá redimirse.
Al final, la referencia esotérica y mágica está tan bien hecha que Lilo termina siendo una gran hechicera gracias a su capacidad para materializar sus deseos.

