The ancient Egyptians postulated seven souls. Top soul, and the first to leave at the moment of death, is Ren, the Secret Name. This corresponds to my Director. He directs the film of your life from conception to death. The Secret Name is the title of your film. When you die, that’s where Ren came in.
Seven Souls de William S. Borroughs.
Hace algunos meses, me hicieron una pregunta que en su momento me pareció extraña pero que me dejó girando de una manera u otra: ¿Qué película y qué canción definen lo que ha sido tu vida? Pregunta díficil porque usualmente, aunque uno guste de películas o canciones existen algunos pasajes que llegan más que otros, pasajes en los que uno dice “Esa es mi vida”. Pero no necesariamente nos identificamos con toda la obra.
Definir mi vida con una canción o película es arriesgado, porque al final de cuentas, no todo coincide. Nuestra vida es finalmente un collage de momentos y emociones. Sin embargo, sí hay algo que las une, y es algo muy general como el título de una película o canción… Algún diálogo o quizá un verso…
Usualmente es una premisa en nuestro inconsiente que define nuestras acciones.
El ejercicio es interesante, si uno consigue hacerlo de manera honesta, para saber cómo nos concebimos a nosotros mismos. Si ustedes no son curiosos o de plano sienten que su vida es plena, quedarán felices con su respuesta. Si por el contrario sienten que hay cosas que desean cambiar, seguirán adelante y explorarán su película o canción y descubrirán que probablemente desearían tener otra película.
En este punto, si quieren seguir adelante, el ejercicio será más benéfico si se preguntan lo siguiente: ¿Qué título le pondrían a su vida como si fuera una película o canción? Difícil, pero se puede. Y he aquí cómo creo que esto puede ser posible y cómo podría ser benéfico para ustedes.
En la tragedia griega Edipo de Sófocles, el destino del protagonista está marcado por una profecía que le dice que matará a su padre y se casará con su madre. A partir de ese momento, todo lo que hacemos, consiente e inconsientemente o por azares del destino, está destino a cumplir con nuestra profecía.
En el libro El arte del Tarot de Alejandro Jodorovsky, el autor nos dice que en su lectura nunca intenta explorar el futuro de la persona que pide la lectura, en parte porque no cree en eso pero también porque cree que una lectura podría prejudicarnos y en un plano inconsiente, sellar nuestro destino como ocurrió con Edipo. El Tarot es una ventana de posibiidades.
Por último, expongo una idea antigua, reeinterpretada por William S. Burroughs, a cerca de la escencia del ser humano. Los antiguos egipcios creían que los humanos estábamos compuestos por siete almas. Es un concepto complejo que Burroughs explica muy bien en su poema “Seven Souls“. Por motivos prácticos, sólo me detendré en la primera.
La primera parte o alma del ser humano es Ren, nuestro nombre secreto. Cuando morimos, Ren es la primera parte que deja el cuerpo. Para Burroughs, es como un director cinematográfio, es quien dirige tu vida. Nuestro nombre secreto es el título de nuestra película que se devela cuando morimos.
Así pues, es probable que nuestra vida esté guiada por una premisa central que mueve nuestro lado consciente y más importante, usando esta idea de Freud, nuestro insconciente. La de Edipo era: “Matarás a tu padre y te casarás con tu madre”. Si la suya es: “Soy tan raro que nadie me podrá querer y por eso debo vivir solo”, bueno… pues comience a comprar gatos o perros.
El poder la narrativa es fascinante y a la vez sorprendente: Nuestra vida es lo que nosotros nos contamos. Si usualmente juegan el papel de víctimas o son de esas mujeres u hombres que creen amar demasiado, tanto que nadie puede entenderlas, piensen que ese es el rol que eligieron para contar su historia a los demás, pero siendo ustedes los directores de su vida, los títulos y roles de su película pueden cambiar.
Les dejo el poema de Burroughs musicalizado por un grupo llamado Material.El poeta lee su propio material que por cierto forma parte de su obra: The Western Lands.
El tema fue utilizado en esta escena de la serie Los Soprano.