Revisitación de una vieja entrevista al periodista y escritor Sergio González Rodríguez, que fue publicada originalmente en la revista Donde ir en diciembre del 2004.
En el 2004 tuve la suerte de entrevistar al periodista y escritor Sergio González Rodríguez sobre su libro El plan Shreber, un texto que estaba revestido de un concepto interesante en aquellos días: la edición contenía un dvd con imágenes y música que formaba parte de la obra. Se le llamó Biblodisc.
La historia de Sergio, a quien pude conocer personalmente, giraba en torno a un extraño plan que intentaba convertir a los hombres en mujeres trans, en una búsqueda de “refeminización del mundo”.
En su momento me parecía una idea sumamente alucinante. Ahora, me da curiosidad contraponerla con las teorías existentes de identidad de género y feminismo… Aún no sé si la visión de Sergio es anacrónica y “boomer” o habrá pensadores y gente que sienta que el autor se adelantó a su tiempo y su visión es pertinente. Pero no es algo que exploraré en este espacio.
En el libro, la transexualidad forma parte de una especie de complot. ¿Por quiénes? Es uno de los misterios de la historia, que por cierto, transcurre en tres épocas distintas.
Les comparto la entrevista que le realicé y que originalmente salió publicada en la revista Dónde ir en diciembre del 2004.
La entrevista con Sergio González Rodriguez
En un ambiente retro minimalista, diversos géneros de musIca electrónica acompañan las palabras s~ de Sergio González Rodrlguez, quien junto a una tornamesa, en el fondo del café Flllcorl, platica sobre su más reciente libro, El plan Shreber, una historia tuturlsta y a la vez atemporal en la que un virus amenaza con cambiar para siempre la condición del ser humano.
“Creé un relato conjeturalconceptual, que es un tipo de /(nea narrativa que en México no se explora demasiado. La idea era buscar una transtemporalidad en el relato y entremezclar anacronías, porque los hechos suceden en diversos años, desde 1957, 1999, 2190 y un escenario atemporal, que es la geografía de los sueños.
“En esta plataforma, el futuro influye en el pasado. se deifica la transexualización, y habita la pornografía como un rito propiciatorio de la cultura bajo una directriz: la refeminización del mundo Y, al mismo tiempo, el plan de implantar una sexualidad areproductiva, célibe, posthumana, postbiológica, transétnica.
La historia es la interpretación de una serle de, digamos, Imantaciones cult~rales que están en la atmósfera de la epoca, que he tratado de consignar e~ un _r:· lato que trata sobre la transexual1zac1on o la refeminlzación del mundo.”
En palabras de González Rodríguez. Et plan Shreber conecta cuatro líneas narrativas: la primera consigna a la “agente”, una investigadora que se topa con un misterio que rebasa sus capacidades; la segunda atañe al “operador”, una persona que maneja cyberequipos, diseña productos visuales u oficia como DJ (o las tres cosas juntas)”.
La tercera consiste en un artista, “el interventor”, quien consuma lo que denomina “performances reales”, “experimentos” fetichistas, o manías de falso detectivismo; la cuarta presenta a un adepto a la magia antigua, pero contemporaneizada: “el médium”, quien realiza experimentos de conjuros amorosos a distancia a través de su mente, o mediante recursos tecnoparanoicos: antenas urbanas de todo tipo, internet. redes telefónicas.
Por último, hay alguien que vigila e indaga a los cuatro personajes, el cerebro de la operación que responde al nombre de “el prospectivista”.
El plan Shreber contiene un DVD con música y video. que funcionan como parte integral de la historia. Al respecto, González Rodríguez comenta: “La literatura mexicana necesita buscar un nuevo sendero, pues ésta se encuentra empecinada en querer imitar modelos que mostraron éxito, prestigio, fama, como si ésa fuera la única tarea de la literatura”.
Por lo anterior propone la experimentación, “no solamente entendiendo lo experimental como un luego del lenguaje, sino un juego con las estructuras profundas, con los símbolos, con la interconexión de otras expresiones. como el cine, al arte, el performance, la propia música. Es un momento estupendo para incursionar en una conceptualización mucho más compleja y rica cte la literatura”.
