Reseña escrita originalmente en la sección Arte, ideas y gente de El economista.
[av_dropcap1]13[/av_dropcap1]Reasons Why es un drama adolescente que más allá de toda ficción busca llevar un poco de conciencia sobre el suicidio y las consecuencias del bullying. El original de Netflix está basado en la novela homónima de Jay Asher; originalmente iba a ser una película con Selena Gómez, quien terminó produciendo la serie.
El programa funciona como producto de entretenimiento y es capaz de sembrar dudas e inquietudes, no sólo con respecto a los personajes, sino también con respecto a nosotros mismos y a nuestras acciones con respecto a situaciones similares con la familia, en la escuela o en el trabajo.
La historia gira en torno a una chica llamada Hannah (Katherine Langford), quien comete suicidio. ¿Por qué? Eso es lo que veremos a lo largo de la trama a través de siete casetes que la chica grabó antes de suicidarse. Cada lado contiene una historia y un protagonista, mismo que estuvo involucrado con su decisión.
Las cintas llegan a Clay Jensen (Dylan Minnette), quien tenía un enorme crush con Hannah. Sí, Clay es responsable de alguna manera. Y es él quien irá llevándonos por el sufrimiento de ella. Quien tenga las cintas deberá oírlas y luego entregarlas a la persona que aparezca en la siguiente historia.
Conforme avanza la historia descubrimos que las razones alrededor de la muerte de Hannah son complejas porque se trata de todo un sistema de responsabilidades y actos que involucran profesores, alumnos y el núcleo familiar, quien no sólo tiene parte de responsabilidad sino también vemos como un suceso así es capaz de desmoronar todo.
Clay quisiera que todo fuera más sencillo pero poco a poco surgen más y más preguntas. Por otro lado, los involucrados se van poniendo cada vez más y más tensos, temerosos de que la verdad de Hannah se sepa porque quizá sea una mentira, es decir, siempre hay dos lados de una historia ¿no? Aunque también podría ser que la versión de Hannah sea La Verdad, y es algo que no desean ver.
Durante toda la historia veremos a los involucrados inventar pretextos, hacerse de la vista gorda o normalizar, ciertos sucesos clave que en su mayoría involucran acoso sexual, discriminación y ciertas formas de violencia.
Así pues, una lista de las más feas y las más guapas o quien tiene mejor trasero que otra, puede ser vista por unos como una broma tonta, pero quizá, una involucrada puede vivirlo como una bomba a su autoestima y dignidad, y hasta ponerla en una situación de vulnerabilidad, presa de la violencia de género.
La serie falla debido al exceso de melodrama, que podría justificarse debido a su público objetivo, y porque luego cae en algunos lugares comunes y en personajes estereotipados, sin mencionar que de pronto es un poco moralista.
Pese a lo anterior, la serie es capaz de lanzar las preguntas correctas y dar un panorama amplio de la complejidad del asunto. Y si bien estereotipa al patán-chico-popular de la escuela, rompe el molde del adolescente suicida callado, deprimido que está en problemas de drogas; lo cual añade un grado de complejidad al asunto.
13 Reasons Why no es una obra maestra, pero funciona para enganchar al espectador en su drama y reflexiones: la historia se cuenta de una forma muy ingeniosa: oscila entre pasado y futuro, como dos realidades que se mezclan. En ese sentido podemos decir que es una excelente telenovela cargada de una interesante reflexión.