Soltar y dejar ir pues ser la clave del éxito. Entendiendo éxito como la realización de un estado favorable para nosotros. Habría que aclarar que este éxito no debe medirse a través de requerimientos sociales, sino que debe mantenerse como un estado de bienestar personal.
Gracias a la gente que ha venido a consultarme a través de una lectura de cartas, y por experiencia propia, veo que lo que más trabajo nos cuesta a la hora de cambiar algo de nosotros mismos o nuestra circunstancia es dejar ir aquello que nos hace daño o aquello que no nos da resultados.
Es como si esperáramos un premio por nuestra tenacidad. Si aguantamos lo más posible seremos recompensados. Y por si eso no fuera suficiente sentimos que si renunciamos a aquello que decimos querer o que nos propusimos lograr, estamos renunciando a una parte de nosotros.
Entiéndase Dejar ir a la acción que conlleva dejar de lado una idea, un objetivo, un sentimiento, una persona o una situación particular. Es la cancelación de una posibilidad, una renuncia.
Dado lo anterior… ¿cómo no va a ser complicado cambiar una situación, o a nosotros mismos, si sentimos que al “dejar ir” nos estamos traicionando? Es decir hay un cierto patrón de resistencia al cambio, al “dejar de ser” como somos. Y peor aún, el miedo a lo desconocido, el miedo a un futuro incierto.
Pero de regresando a la cartas de Tarot, la mayoría de las veces, la respuesta a esta incertidumbre se reduce a un Todo va a estar… pues la teoría nos dice que hay que confiar, en el universo, en Dios. Al final, todo se traduce a un salto de fe con la esperanza de llegar a un lugar mejor.
Y debo decir que resulta impresionante darse cuenta cómo el Dejar ir puede ser una experiencia liberadora además que resulta casi mágica pues al soltar, otras puertas, otras oportunidades, se abren casi de inmediato. Sin embargo, cada vez que nos pasa, resulta complicado sobre todo para quienes somos aprensivos. Y nos aferramos a lo que tenemos pues seguro “esta vez, si nos agarramos fuerte, lo vamos a lograr”.
Entonces, soltar se vuelve un actor de valor. Y ojo no debe ser un acto desesperado sino uno cargado de fe, y es que nada bueno puede salir de la desesperación ni de la carencia porque seguramente nos sumergirán de nuevo en la oscuridad. Así que cuando se ha intentado una y otra y otra vez, y la solución para transformar nuestro entorno no aparece, soltar es la opción adecuada. Detenerse y salirse del juego porque si seguimos inmersos sólo habrá caos. Es como cuando nos damos cuenta que estamos atrapados en una situación desagradable y que todo es un sueño.
Soltar es también atreverse a abrir los ojos para descubrir otras realidades.
Y ustedes ¿qué opinan del Dejar ir?
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